Todo buen filósofo como Sigfredo Sternstaub cuestiona que es locura y que es estupidez, por el dichoso problema que todos lo confundimos con sana facilidad, pero sabemos como él que es injusto y cada cosa tiene su lugar de la misma forma que ambas palabras son bien diferentes y origenes definidos.
El más simple ejemplo consiste en que ser estúpido requiere hasta una parte mínima de esfuerzo, aunque no lo parezca.