Recientemente hemos visto en el día después del terremoto de México (el 19 septiembre de 2017) algunas acciones y reacciones que nos ha dejado quizás con el silencio en la mente, o mejor dicho la respiración congelada, bien pausada por la necesidad y sobretodo por la situación tan crítica como reclamada.
Estoy seguro que muchos de los que vieron o pudieron ver las imágenes en tv se imaginaron por un breve instante lo que debería ser la situación tan dificil de controlar, pedir y sobre todo coordinar.