Recientemente hemos visto en el día después del terremoto de México (el 19 septiembre de 2017) algunas acciones y reacciones que nos ha dejado quizás con el silencio en la mente, o mejor dicho la respiración congelada, bien pausada por la necesidad y sobretodo por la situación tan crítica como reclamada.

Estoy seguro que muchos de los que vieron o pudieron ver las imágenes en tv se imaginaron por un breve instante lo que debería ser la situación tan dificil de controlar, pedir y sobre todo coordinar. Pero ver la sorpresa : se pudo, se controló, se cumplió y se coordinó perfectamente, aun con todos los nervios a flor de piel.

¿De que estoy hablando? Pues de algo que no es con palabras ni mucho menos sonoro, estoy hablando y trato de hablar de la mano, con la mano, del puño y con el puño, de los gestos y los signos. Incluso un simple gesto hace mucho más que mil palabras, un puño o una mano que con sus dedos reemplaza perfectamente a un dibujo, a un esquema y sobre todo a una señal inmiediata.

Todos sabemos y conocemos que existe el universal lenguaje de signos de mano, una herramienta que muchas veces evitamos o minimizamos cuando vemos alguien usarlo o tratarlo. No solo eso sino que hasta muchos se rien o se sorprenden cuando en la tv hay un debate o una pronuncación importante por parte del gobierno surge en un recuadro una persona que indiferente del genero explica y transmite el mensaje con lenguaje a señas de mano.

Lo que más me gusta y sorprende es como veamos aquí en instante cuando hay una gran pero se sobrepone una enorme necesidad, acudmimos sin pensarlo en ello, a ello, por ello y para ello : a la esencia del lenguaje de signos de manos que inmediatamente todos aprendemos con el menor esfuerzo posible, desde el vecino recien llegado a la ciudad al bombero que conoce su ciudad como palma de mano.

Hemos visto fácil como hacian el puño para pedir el silencio total, para tratar de escuchar las voces o incluso posibles voces humanas que quedaban todavía bajo escombros, una señal tan breve, un metodo tan a mano (nunca mejor dicho), una velocidad tan rápida, una código tan evidente y un método tan infalible que incluso el mismo presentador de noticias que trataba de cubrir en directo se tuvo que callar, esperar, no poder saltar la norma y por muy relevante o tiempo necesario que debía perder para poder seguir la entrevista tuvo que abnegarse, esperar y esperar, sin mas.

Trato de decir con esto que sospecho como en un simil con el medio de redes sociales libres tenemos otro caso evidencia muy simple, muy claro y muy necesario en el que todos mínimamente deberíamos aprender, dominar, leer y transmitir unas cuantas señales vitales para cualquier otra situación necesaria, desde accidental hasta de felicidad : las vías de comunicación (es como decir que no todo es teléfono, no todo es feisbuk, no todo es tuiter, hay otros muchos más). Cosas que ni con palabras, ni con sonido ni con frases podemos todavía resumir mejor. Y en ello no dudo que precisamente o tristemente para algunos como los sordos o de muy grave discapacidad auditiva lo saben, lo sufren y como no lo valoran muy mucho todos los días.

Tan elemental es que todos hoy en día deben aprender por ejemplo como debe caminar por la calle, que son las señales viarias, que son los paneles indicativos, como acudir a los centros, que son los telefonos y como o a quienes reclamar atención o ayuda, no debería ser de más que también se incluyera elementales señas, signos, códigos y técnicas para transmitir y confirmar cierta información que en cualquier circunstancia puede significar precisamente eso que más tenemos : una vida.