Hay cosas que suceden pero no te das cuenta. Hay costumbres y detalles que se acumulan y luego se manifiestan como normales. Hay momentos que apropias de algo que nunca antes lo habías defendido como algo de tí mismo.
El detalle fue que siendo la hora muy muy ajustada para llegar a un compromiso alguien reclamó y gritó para que el estilo de “pilotaje” o conducción fuera aun más agresivo.